El alcohol se convierte en un problema cuando su consumo afecta negativamente a cualquier esfera de la vida: la salud tanto física como mental, el trabajo, la vida familiar, las relaciones sociales…
El alcohol es una droga adictiva y, como tal, la adicción al alcohol está socialmente mal vista. Estos dos componentes hacen que a muchas personas les cueste reconocer que el alcohol es un problema para ellos. Es probable que en no pocos casos sean los miembros de la familia, los amigos o los compañeros de trabajo quienes alerten al bebedor de que está traspasando la frontera y adoptando una conducta de riesgo con la bebida.
Al igual que con otros problemas que afectan a nuestra salud, la mejor medida es la prevención, en este caso tomar conciencia de lo que constituye un consumo de riesgo y evitarlo.
Hágase las siguientes preguntas y contéstelas con la mayor sinceridad
- ¿Bebe usted a solas?
- ¿Se siente obsesionado por el deseo de beber en ciertos momentos del día?
- ¿Desea tomarse una copa a la mañana siguiente?
- ¿Han disminuido sus aptitudes desde que bebe?
- ¿Ha sufrido amnesias (pérdidas de memoria) a causa de la bebida?
- ¿Ha tenido dificultades económicas por causa de la bebida?
- ¿Compromete la bebida su posición o negocio?
- ¿Es la bebida causa de absentismo laboral?
- ¿Bebe usted para reafirmar su confianza en sí mismo?
- ¿Bebe usted para olvidar preocupaciones o molestias?
- ¿Rechaza su familia su forma de beber?
- ¿Hace desgraciada a su familia el hecho de que usted beba?
Si ha contestado afirmativamente:
- Una pregunta: quizás sea usted alcohólico.
- Dos preguntas: es muy probable que usted sea alcohólico.
- Tres o más preguntas: usted es, indudablemente, un enfermo alcohólico.
Ante cualquiera de estas situaciones la recomendación es muy clara: abandone el consumo de alcohol.
