COVID-19 y Gripe

Hoy en día el SARS-CoV-2 se ha erigido como el protagonista de los cuadros de infección respiratoria. Esto no quiere decir que dejen de tener importancia otros virus como por ejemplo, la gripe. Sí que es verdad que desde que saltó la alarma de un nuevo virus, los medios de comunicación han puesto menos el foco en la gripe. Sin embargo también hay que considerar que desde el inicio de la pandemia, es probable que haya habido menos casos de gripe en comparación con años anteriores gracias a la imposición de medidas como por ejemplo, el uso de mascarilla e hidrogeles.

La información que disponemos del virus de la gripe es mucho más amplia de la que podemos disponer del virus SARS-CoV-2. Aunque ambos virus afectan al aparato respiratorio y presentan síntomas bastante similares como la fiebre, tos, dificultad para respirar (disnea), cansancio, dolor de garganta, dolor o molestias musculares, dolor de cabeza y escalofríos, son virus totalmente diferentes. La diferencias entre ambos virus se explican a continuación:

La infecciosidad

La infecciosidad del coronavirus es muchísimo mayor, aproximadamente el dos o tres veces mayor que la infecciosidad de la gripe. El número reproductivo básico (R0) del coronavirus se encuentra entre 2,3 y 3,5, mientras que el de la gripe se mueve entre 1,2 y 1,4.

La mortalidad

La mortalidad del virus se cifra entre 2,5% y 4%. Es casi 20 veces mayor que la de la gripe. Además la gripe es claramente estacional.

La inmunidad

La inmunidad frente al coronavirus es protectora pero a su vez por ahora desconocida muchas de sus características. Se estima que puede durar entre 8 meses y 2 años como máximo. En cambio acerca del virus de la gripe sí que se conocen muchos aspectos en relación con la inmunidad asociada. La inmunidad del virus de la gripe es muy compleja (fenómeno imprinting). Sin embargo, ya que los humanos llevamos en contacto con el virus de la gripe durante mucho tiempo, hemos conseguido que cada nueva cepa del virus de la gripe se estacionalice en un año o un año y medio. La situación generada por el SARS-CoV-2 es diferente ya que es la primera vez que un coronavirus causa una pandemia (los anteriores SARS y MERS no llegaron a tener la dimensión de una epidemia a nivel global o pandemia).

Profilaxis primaria/terapia

No existe para el caso del coronavirus, todavía es muy pronto. Sin embargo, para la gripe sí que hay profilaxis primaria y terapia. Existen antivirales y antigripales con muy buenos resultados, como por ejemplo, baloxavir (de una sola dosis) o peramivir entre otros.

Con esto se quiere aclarar que a pesar de ser virus que afectan y se transmiten de manera similar son virus diferentes y por lo tanto son tratados de manera distinta. En ningún caso la vacuna de la gripe protege frente a la COVID-19. Ningún estudio científico hasta el momento ha confirmado que la vacuna de la gripe puede acabar con el coronavirus. Lo que se pretende con cualquier vacuna, incluida la de la gripe, es que se produzca una activación de la respuesta innata contra el virus que constituye el objetivo particular de la vacuna en cuestión. Por ello, la vacuna de la gripe solo es efectiva contra el virus de la gripe y en ningún modo contra el coronavirus.

El coronavirus y el virus de la gripe son virus compatibles y es posible sufrir las dos enfermedades a la vez. Por eso es recomendable vacunarse de la gripe para así, intentar evitar al menos una enfermedad y con ello una evolución con peor pronóstico de la COVID-19.

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