Los dolores de cabeza y cervicales, la tensión corporal o el insomnio pueden tener su origen en tu boca

Pese a que no siempre se conocen sus causas, el 30% de los españoles sufre bruxismo de forma constante
En el 90% de los casos se trata de una disfunción neuromuscular que hace que los músculos de la mandíbula se contraigan produciendo dolor
Aunque la genética es un factor relevante, son el estrés y la ansiedad los principales catalizadores

Sufrir episodios de ansiedad o de estrés puede influir, y mucho, en la aparición de dolores de cabeza, cervicales e incluso, insomnio. Si al levantarte de la cama identificas estos síntomas, puede que por la noche hayas padecido bruxismo. Este hábito, que sufre de forma constante casi el 30% de la población, se incrementa en periodos de gran exigencia mental, alta carga laboral o tensión emocional, entre otros.

El bruxismo, apunta Gustavo Camañas, miembro de la Comisión Médica de Vitaldent, "es un hábito nocivo no consciente e involuntario que consiste en apretar, desplazar hacia los lados y/o rechinar los dientes, caracterizado por el contacto fuerte de los dientes superiores e inferiores". Y continua, "este tipo de actos se suele manifestar en los periodos de sueño (bruxismo nocturno), pero en muchos casos es detectado por el propio paciente al darse en estados de consciencia, como trabajando (bruxismo diurno)".

¿A qué se debe?

En este sentido, el miembro de la Comisión Médica de Vitaldent afirma que "no siempre se conoce la causa exacta, pero el bruxismo tiene mucho que ver con los niveles de estrés que soportamos en nuestro día a día. Es cierto que la genética es un factor relevante, sin embargo, el estrés y la ansiedad son con frecuencia los catalizadores".

¿Cuáles son sus principales síntomas? ¿Podemos prevenirlo?

El bruxismo, al ser un acto involuntario, es difícil de prevenir, por ello, es importante acudir a las revisiones periódicas (dos al año) para lograr un diagnóstico rápido y así evitar posibles efectos secundarios. Además del estrés y la ansiedad, el bruxismo puede ser causado por desórdenes del sueño, una mordida anormal o ausencia de dientes.

La realidad es que no siempre se da un patrón común en lo que respecta a los síntomas, pero por lo general, algunos de los problemas que se pueden identificar son los siguientes:

  • Dolor de garganta al tragar.
  • Dolor de oído persistente.
  • Dolor de cabeza.
  • Malestar en el cuello y los hombros.
  • Disminución de la apertura bucal. 
  • Cansancio rápido de los músculos de la masticación, durante las comidas.
  • Suele aparecer dolor dental, pero el paciente no puede localizar correctamente el dolor.
  • Insomnio: el rechinamiento y el dolor suelen despertar al paciente.

¿Cómo podemos tratarlo?

Por fortuna, en el 90% de los casos, el bruxismo surge por una Disfunción Neuromuscular. "Esto se debe a que los músculos se contraen de forma constante y sostenida, produciendo su cansancio (contractura), que por lo general es doloroso" comenta Gustavo Camañas.

El tratamiento odontológico es el más simple, ya que actúa sobre los efectos y no sobre las causas, pues estas, al ser de origen psico-emocional, deben ser tratadas por un psicólogo. "Todos los pacientes bruxistas tienen un componente de estrés, ansiedad o angustia, por lo que una vez iniciado el tratamiento dental resulta conveniente que el odontólogo estudie la necesidad de complementarlo con tratamientos psicológicos para mejorar los hábitos del paciente" puntualizan.
En este sentido, Camañas asegura que "desde el punto de vista odontológico, lo ideal es que el paciente utilice una férula de descarga durante la vigila nocturna, lo que evitará esa fricción de los dientes y, en consecuencia, paliará los dolores de cabeza, oídos y mandíbula. Además, esto también servirá para prevenir los problemas de articulación temporomandibular. Sin embargo, las férulas no resuelven el problema y, aunque desaparezca el dolor mientras se usan, éste vuelverá a aparecer si se dejan de utilizar".

Para evitar estos síntomas, ofrecen los siguientes trucos:

  • Intentar relajarse unos 60 a 90 minutos antes de dormir.
  • Mantenerse en buena forma física, pero no hacer ejercicio físico extremo pasadas las 18.00 horas.
  • Evitar el alcohol, café o té y las comidas copiosas durante las 3 horas previas a acostarse.
  • No fumar pasadas las 19 horas.
  • Mantener la temperatura del dormitorio a unos 18ºC.

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