Un aneurisma es la dilatación en forma de globo de una pared de una arteria que está debilitada. Se puede producir en cualquier arteria del organismo pero es más frecuente en la arteria aorta, la mayor del cuerpo, y especialmente a la altura de los riñones y donde se bifurca para dar origen a las arterias de las piernas, y también se puede originar a la altura de la aorta torácica, donde tiene mayor tendencia a romperse y es más peligroso.
Los aneurismas de aorta afectan a gente mayor de 60 años, y son en gran parte resultado de arteriosclerosis, aunque la hipertensión favorece su desarrollo.
Factores de riesgo:
- Hipertensión
- Tabaquismo
- Arterioesclerosis
- Defectos hereditarios del tejido conectivo (síndrome de Marfan)
- Pliarteritis nodal
- Endocarditis bacteriana
- Sífilis
- Edad: 60 años o mayor
- Antecedente de ataque cardiaco
- Obesidad
- Miembros de la familia con aneurisma, particularmente niños varones hijos de una madre afectada
- Aortitis infecciosa
- Arteritis de vasos grandes (enfermedad de Takayasu)
- Lesión en la aorta, ya sea por accidente en vehículo motorizado o herida con navaja
La mayoría de los pacientes son asintomáticos hasta que el aneurisma comienza a filtrarse o expandirse. El dolor en el pecho o en la espalda puede significar un súbito ensanchamiento o filtración del aneurisma. Tanto en la aorta abdominal como en la aorta torácica, la rotura de un aneurisma produce un cuadro agudo de shock, con peligro de muerte. La rotura puede sobrevenir mediante un proceso que se llama disección, por el cual la pared de la arteria se rasga (aneurisma disecante de aorta). Este cuadro, cuando sucede en la aorta torácica, se precede de un intenso dolor torácico similar al de un ataque al corazón.