El abanico de actividades extraescolares que ofertan los centros educativos es muy amplio. Pero, ¿son todas convenientes para cada niño? ¿Cuánto tiempo tienen que invertir en ellas?
Las actividades extraescolares favorecerán el desarrollo personal del niño, pero éste debe vivirlas como algo lúdico, voluntario y diferente a las clases convencionales. Es importante que el niño se sienta cómodo con el tipo de actividad, que le guste y que participe en la decisión a la hora de escogerla.
En cuanto al tiempo que deberían invertir los más pequeños en las actividades complementarias de las clases, es muy importante que éste no exceda de las tres o cuatro horas semanales. Los niños no están preparados para soportar una jornada laboral como la de los adultos y también necesitan disponer de tiempo libre para ellos mismos, para compartir con sus amigos y para sus juegos.
El abanico de actividades es muy amplio, depende del centro, y por eso muchas veces la elección no es sencilla.
La práctica de la danza contribuirá notablemente en su expresión y comunicación corporal, mientras que el deporte fomentará la percepción espacial, la agilidad, el equilibrio o la coordinación motora, entre otros. Los deportes en equipo, como el baloncesto, fútbol o voleibol, ayudarán a los chicos más tímidos en sus relaciones sociales y contribuirán a fomentar un espíritu solidario y amistoso entre ellos.
Las actividades artísticas generalmente potencian el gusto por la estética, la creatividad y el afán de superación. La música, que supone además un grado de entrega considerable, ayuda en el desarrollo de la memoria, el sentido del orden y la sensibilidad.
Aprender idiomas es sin duda una inversión a largo plazo y el inglés sigue siendo la lengua estrella. Además, cuanto más pequeños sean los niños mejor interiorizarán un idioma que no es el suyo.
