Suicidio: no está preparado para asimilar la muerte de un paciente o de un familiar

El suicidio de un paciente también conlleva un gran impacto emocional en los profesionales de la Psicología
La probabilidad de que un psicólogo o psicóloga sea testigo de la pérdida de un paciente por suicidio (a lo largo de toda su carrera profesional) es de más del 20%
El suicidio es un tema que afecta a cualquier persona, pero más aun en aquellas que tienen como oficio evitarlos

La muerte es un acontecimiento que siempre irrumpe en la vida familiar de una manera sorpresiva. El suicidio es la forma de fallecimiento que más impacta en el entorno de la persona fallecida, pero también conlleva un gran impacto emocional en los profesionales de la Psicología cuando fallece un paciente al que han estado tratando. La probabilidad de que un profesional de la salud mental sea testigo de la pérdida de un paciente por suicidio (a lo largo de toda su carrera profesional) es bastante alta y es de más del 20% en el caso de los psicólogos y psicólogas.

El suicidio es un tema que afecta a cualquier persona, pero más aun en aquellas que tienen como oficio evitarlos, pero lo cierto es que no siempre se les puede ayudar o suelen ocurrir circunstancias inesperadas con las que no se contaba durante el transcurso del tratamiento.

Estas reflexiones han sido puestas sobre la mesa por el psicólogo clínico, Andoni Anseán, presidente de la Sociedad Española de Suicidiología; Adriana Goñi, psicóloga clínica y directora del Hospital de Día Psicogeriátrico de la Red de Salud Mental de Navarra; y Ana Gonzalo, psicóloga clínica de Amabi, con motivo de un debate sobre el suicidio que protagonizarán en Bilbao este sábado 24 de febrero.

La jornada ha sido organizada por la Comisión de Psicología Clínica del Colegio de Psicología de Bizkaia y en ella se abordará el suicidio desde tres perspectivas: desde cómo se debe tratar a una persona con ideas suicidas; desde los familiares y desde la propia persona terapeuta.

Suicidio desde la psicología

En primer lugar, Ana Gonzalo abordará cómo impacta el suicidio a los profesionales de la salud mental. En este sentido, explica que, "otras áreas de la Medicina están más enfrentadas a la muerte pero nosotras y nosotros, los profesionales de la Psicología, lo llevamos muchas veces como sensación de fracaso personal y laboral. Se considera como uno de los mayores impactos de la carrera de un terapeuta".

"Los psicólogos tenemos que saber enfrentarnos a que un paciente se pueda suicidar con el impacto que puede llevar a nivel profesional. La gente se piensa que por ser psicólogos, tenemos que manejarnos bien en estas situaciones, y en muchos casos no es así".

En este contexto, aboga por que los psicólogos y psicólogas "tienen que estar más preparados para enfrentarse al suicidio y para ello se requiere formación específica. Se nos educa a mejorar la vida del paciente pero no se nos enseña que a veces en ese proceso el paciente puede decidir suicidarse". "Tenemos que asumir como parte de trabajo que esto puede pasar. Es posible que aun habiendo el proceso de atención  al paciente, decida acabar con su vida. Es una realidad muy dura de aceptar para alguien cuyo trabajo es impedirlo", afirma

Suicidio desde la familia y el entorno

Adriana Goñi explicará cómo afecta el suicidio a la familia y al entorno del fallecido.  De esta forma, señala que el duelo por la muerte de un suicidio "es diferente y está estigmatizado. Es totalmente diferente al duelo por una muerte inesperada o incluso de una muerte violenta".

"Es una devastación social y emocional para las personas más allegadas. Se van a tener que trabajar y expresar las emociones y se ha de saber que este camino del duelo es un camino largo. Se trabajan cinco preguntas: ¿Por qué me has hecho esto?, ¿yo podía haberlo evitado?, ¿qué pensarán a partir de ahora los demás de mí?, ¿está maldita mi familia?, ¿qué sentido le voy a dar a mi vida a partir de ahora?", destaca.

En muchas ocasiones, muchas de estas preguntas no tendrán respuesta pero se ha de saber que en un 60% de las familias el duelo no se complica y lo integran en una reconstrucción y organización de su vida. El sistema sanitario debería ofertar siempre apoyo profesional a las familias ante un duelo por suicidio.

Suicidio desde la familia y el entorno

El psicólogo Andoni Anseán, por su parte, ha destacado que en la conferencia explicará que la gran mayoría de las CCAA "no poseen plan o estrategia de prevención del suicidio (como tal solo existen en Cataluña, Galicia y C. Valenciana). En muchas de ellas ni siquiera se realizan acciones preventivas. Lo que sí parece haber en el País Vasco es una especial sensibilidad hace este problema de salud pública y Osakidetza lleva varios años formando a sus profesionales de emergencias, atención primaria y salud mental en este tema.  Destaca también Navarra que cuenta con un protocolo de colaboración interinstitucional de prevención y actuación ante conductas suicidas".

"Hace poco también se ha creado la Asociación Vasca de Suicidología y la primera asociación vasca de supervivientes a la muerte por suicidio de un ser querido. Además, por lo que sabemos, en el Consejo Vasco de Salud Mental, se está planteando la elaboración de este plan, por lo que las expectativas al respecto en el País Vasco no pueden ser más favorables", indica.

Respecto a la detección del suicidio, destaca que las señales de alerta "pueden ser verbales o comportamentales. En cada caso es diferente (obviamente, cada persona se expresa y comporta de una manera distinta, en algunos casos muy sutilmente) y no se puede generalizar, pero una característica común suele ser que la persona se muestra diferente a lo habitual".

"Hay situaciones de alerta sobre su vida y futuro que pueden alertarnos como: cansancio vital, insatisfacción, frustración o fracaso, dolor, soledad, de despedida, sobre su muerte o suicidio, de tener la forma para resolverlo todo, de dejar de sufrir, de agradecimiento, cambios de humor, aislamiento social, autocrítica", concluye.

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