Está comprobado que la inmovilización prolongada y la falta de ejercicio favorecen la desmineralización del hueso. Por tanto, la densidad ósea no sólo depende del calcio que ingerimos a través de los alimentos, sino también del ejercicio físico practicado con regularidad y constancia, que deberá contemplarse, adecuándolo a las características de cada persona.
La exposición controlada a los rayos ultravioleta del sol posibilita que debajo de la piel se sintetice vitamina D, necesaria para asegurar la fijación del calcio a los huesos. Por ello lo mejor para conseguirla es pasear todos los día en horario de sol.
Existe competencia entre ciertos minerales que puede inhibir la absorción del calcio. Así, el calcio y el magnesio compiten por los mismos puntos de absorción, por lo que aquellas personas que estén tomando suplementos del segundo habrán de tener especial cuidado con el aporte diario de calcio.
El consumo de tabaco tiene efectos negativos sobre la densidad mineral ósea, lo que puede contribuir a aumentar el riesgo de desarrollar osteoporosis entre personas fumadoras. De ahí la importancia de disminuir el consumo o plantearse la posibilidad de dejar el hábito.
Es necesario cuidar la alimentación y asegurar una ingesta suficiente de calcio y vitamina D.
Consejos
- Se debe realizar una dieta rica en productos con gran cantidad de calcio, como leche, derivados lácteos, legumbres, sardinas en lata, etc.
- Durante los periodos del embarazo y la lactancia deberían tomarse suplementos de calcio en la dieta, si ésta no aporta la cantidad suficiente de calcio.
- Es necesario hacer ejercicio físico moderado de forma habitual a lo largo de toda la vida. Debemos huir del sedentarismo.
- Disminuir en lo posible el consumo de tabaco, café y alcohol.
- Al comenzar la menopausia, es necesario solicitar consejo al ginecólogo para instaurar un tratamiento integral de la misma.
- En la mayoría de los casos evitar la osteoporosis es cuestión de adquirir buenos y saludables hábitos de vida y de alimentación.