La enfermedad no tiene curación y evoluciona hacia la gravedad cuando el paciente necesita un trasplante de pulmón.
El tratamiento paliativo consiste en la administración de oxígeno si es necesario y en la prescripción de corticoides y fármacos citotóxicos para controlar la inflamación. Recientemente, el interferón-gama 1B ha mostrado algunas posibilidades prometedoras para tratar esta enfermedad, pero es necesario llevar a cabo una investigación más amplia para comprobar sus beneficios.