Entre el 70% y el 80% de los pacientes oncológicos en fases avanzadas sufren malnutrición

La malnutrición y la pérdida de peso se configuran como una de las principales causas de morbilidad y mortalidad en los pacientes oncológicos
En algunos países europeos se han desarrollado medidas para asegurar un correcto abordaje nutricional de estos pacientes como herramientas de cribado nutricional obligatorio o tratamientos como la nutrición parenteral complementaria o la domiciliaria
La prevalencia de la nutrición parenteral domiciliaria en nuestro país presenta una tasa entre tres y cinco veces inferior a la de otros países europeos
España no cuenta con estrategias nutricionales a nivel nacional, lo que hace necesario plantear que se adopten medidas que aseguren una cobertura nutricional adecuada y homogénea del paciente con cáncer en todo el territorio español

La incapacidad de mantener un adecuado estado nutricional es un problema común en el paciente oncológico tal y como lo reflejan los datos, que estiman que 1 de cada 2 sufre malnutrición en algún momento de su vida. La malnutrición y la pérdida de peso se configuran como una de las principales causas de morbilidad y mortalidad, y sus consecuencias influyen negativamente en la calidad de vida y en el pronóstico, afectando tanto a la respuesta al tratamiento como a la supervivencia global. En este sentido, se calcula que la prevalencia global de la malnutrición en pacientes oncológicos oscila entre el 20% y el 40% en el momento del diagnóstico, y entre el 70% y el 80% en fases avanzadas de la enfermedad.

Por ello es necesario incidir en un buen soporte nutricional en este tipo de pacientes. En este sentido, la alimentación, tanto por vía oral como parenteral y enteral, es capaz de prevenir las complicaciones de la malnutrición, mejorar la calidad de vida del paciente, así como acortar la estancia hospitalaria. Se estima que el 36% de los pacientes con cáncer tiene una mala tolerancia a la comida y que un 26% tiene menos apetito, según datos recogidos durante el último Congreso de Pacientes con Cáncer organizado por GEPAC, y en el que Baxter ha querido medir el pulso del estado nutricional de los asistentes al congreso, y poner así de manifiesto una problemática que afecta a un gran número de pacientes.

La pérdida de peso en los pacientes oncológicos repercute también de forma negativa en la evolución de la enfermedad, en la tolerancia a los tratamientos oncológicos y en la calidad de vida y en la esfera psicosocial de los pacientes y sus familiares, convirtiéndose así en un factor de mal pronóstico. Por eso es necesario seguir trabajando en un adecuado estado nutricional para revertir los datos recogidos durante el Congreso de GEPAC, que destaca que solo un 13% recibe, o ha recibido, algún suplemento alimenticio en la oficina de farmacia.

En este sentido, las intervenciones nutricionales son imprescindibles y deberían formar parte integral de la terapia del cáncer, con el objetivo de mejorar los resultados clínicos y la calidad de vida, tal y como se recoge el consenso impulsado por las sociedades científicas de Oncología Médica (SEOM), Nutrición Clínica y Metabolismo (SENPE) y Endocrinología y Nutrición (SEEN), con la colaboración de Baxter, un consenso multidisciplinar para mejorar el abordaje nutricional del paciente con cáncer en la práctica clínica. "La valoración nutricional del paciente oncológico debería ser una de las tareas de su evaluación inicial. El trabajo en un equipo multidisciplinar con la intervención de endocrinólogos, enfermeras, etc., es el escenario idóneo para que el estado nutricional no quede relegado a un segundo plano", afirma el doctor Alfredo Carrato, jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Ramón y Cajal. "Debe ser valorado periódicamente pues, tanto el cáncer, como sus distintas formas de tratamiento (cirugía, radioterapia, quimioterapia, fármacos dirigidos a dianas específicas) pueden incidir negativamente en el estado nutricional del paciente", concluye el doctor Carrato.

Inequidad en el tratamiento del estado nutricional de los pacientes con cáncer

En Europa existe una gran inequidad en cuanto al tratamiento del estado nutricional de los pacientes con cáncer. El registro NADYA (Nutrición Artificial Domiciliaria y Ambulatoria) de la Sociedad Española de Nutrición Parenteral y Enteral ha puesto de relieve que la prevalencia de la nutrición parenteral complementaria (NPC) o la domiciliaria (NPD) en otros países europeos es superior a la de España. La prevalencia de la NPD en nuestro país presenta una tasa entre tres y cinco veces inferior a la de otros países europeos como Reino Unido e Italia con 12.5 y 24.5 pacientes por millón de habitantes respectivamente, mientras que es España contamos solamente con un ratio de 4.91 pacientes por millón de habitantes.

De hecho, teniendo en cuenta los beneficios que aportan al paciente oncológico el mantenimiento de un buen estado nutricional, países europeos como Italia y Dinamarca han desarrollado amplias medidas que tienen como objetivo asegurar un correcto abordaje nutricional de estos pacientes, como son las herramientas de cribado nutricional o la ampliación del uso de tratamientos más restringidos como la nutrición parenteral complementaria o la domiciliaria.

Sin embargo, en lo que se refiere a nuestro país, España no cuenta con estrategias nutricionales a nivel nacional, lo que hace necesario plantear que se adopten medidas que aseguren una cobertura nutricional adecuada y homogénea del paciente con cáncer en todo el territorio español, según el Informe Técnico sobre la situación de la nutrición parenteral en el paciente oncológico, elaborado por la Oficina del Comisionado para la Equidad de la Alianza general de Pacientes.

A pesar de que la accesibilidad de los programas de NPD debería ser similar en todo el país, según los últimos registros existentes, la mayoría de los pacientes que reciben este tipo de nutrición se concentran en hospitales de grandes ciudades como Madrid, mientras que existen comunidades autónomas con una población elevada que tienen un bajo número de pacientes, como es el caso de Andalucía donde, por cada millón de habitantes, tan solo 2,8 pacientes reciben NPD o, de manera contraria, Cantabria, con una población mucho menor, pero donde la reciben 8,5 pacientes por millón de habitantes. Destacan otras comunidades, como Castilla y León, Aragón o el Principado de Asturias donde, con poblaciones mucho menores a la andaluza, superan los 5 pacientes por millón de habitantes.

Por todo esto, desde Baxter trabajamos para mejorar el acceso del paciente oncológico a una nutrición adecuada. Nuestro objetivo es salvar y mantener vidas por eso creemos que el seguimiento del estado nutricional debe ser un derecho para todos los pacientes oncológicos, independiente del lugar donde residan y del tipo de tratamiento al que se estén sometiendo.

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