El paciente
Un buen calentamiento es fundamental para preparar la realización de un ejercicio físico intenso. Implica ejercitar los músculos de forma relajada durante unos minutos antes de un esfuerzo intenso. Este ejercicio puede elevar la temperatura muscular hasta los 38 ºC y convertir los músculos más elásticos, fuertes y resistente a la lesión.
El descenso progresivo del ejercicio puede prevenir el mareo y el síncope. No es bueno detener el ejercicio intenso bruscamente, ya que la sangre se puede quedar estancada en las venas dilatadas causando mareo y síncope. Al parar el ejercicio despacio, se produce un enfriamiento lento que mantiene el aumento de la circulación y ayuda a eliminar el ácido láctico del torrente circulatorio.