Todos los hombres corren el riesgo de padecerlo. El factor de riesgo más común es la edad. Los hombres afroamericanos corren un riesgo mayor que los blancos y se observan diferencias drásticas en la incidencia del cáncer de próstata también en distintos países. También existe evidencia de que una dieta rica en grasa, especialmente la que proviene de los animales, pudiera ser la causa de estas diferencias. Además, los factores genéticos parecen desempeñar un papel, en particular entre las familias con miembros que fueron diagnosticados a una edad menor de los 60 años.
Ninguna de las pruebas para la detección del cáncer de próstata es perfecta. Si se realizan tanto el examen rectal digital como la PSA se puede detectar el cáncer de próstata mejor que si se hubiera realizado solamente uno de los exámenes.
La función de erección depende de numerosos factores físicos y psicológicos, y la probabilidad de continuar teniendo erecciones depende de muchos factores. Muchos pacientes ya han disminuido la función de erección o no erección antes de la cirugía y tienen más riesgo de perder las erecciones con la cirugía de próstata. Los pacientes que tienen una erección satisfactoria antes de la operación frecuentemente tienen factores de riesgo que pueden interferir con la función después de la cirugía, como hipertensión, diabetes, obesidad, ateroesclerosis, historia de fumador y otras.
Desde finales de los años 80 se ha observado un aumento asombroso del número de cáncer prostático, consiguiendo diagnosticarlo en una situación precoz y curable.
Son un conjunto de moléculas orgánicas, compuestas principalmente por carbono e hidrógeno. Cumplen funciones diversas en los organismos vivientes, entre ellas la de reserva energética (triglicéridos).