Planificación familiar - Lo fundamental - Métodos anticonceptivos

Cuando se recurre a métodos anticonceptivos naturales es recomendable utilizar varios a la vez para aumentar su eficacia y seguridad
La píldora es el método anticonceptivo más eficaz, siempre y cuando se tome correctamente
El parche transcutáneo y los anticonceptivos inyectables tienen una eficacia similar a la píldora
Aunque su seguridad es ligeramente inferior a la píldora, el DIU es un método anticonceptivo muy eficaz
La píldora del día después solo debe utilizarse en situaciones de emergencia y no como un método anticonceptivo habitual

Hay métodos anticonceptivos que una vez que dejan de utilizar abren la posibilidad a un embarazo, es decir, son reversibles. Sin embargo hay otros que impiden para siempre la posibilidad de tener hijos, puesto que no son reversibles.

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Métodos anticonceptivos reversibles

Los métodos naturales

Los llamados métodos anticonceptivos naturales se basan en la práctica de la abstinencia sexual durante los días fértiles de la mujer, que son aquellos en los que las probablidades de que se produzca un embarazo son más elevadas. Para utilizarlos correctamente la mujer debe conocer al mínimo detalle su ciclo menstrual, de modo que pueda limitar su actividad sexual al periodo seguro de cada ciclo. Tienen el inconveniente de que su eficacia es por lo general baja debido a que en ocasiones los ciclos no son regulares y en un mismo ciclo puede producirse más de una ovulación. Además, los ciclos pueden cambiar su ritmo y verse alterados por enfermedades febriles, esfuerzos físicos y psíquicos, accidentes, intervenciones quirúrgicas, el clima, viajes, etc.

Las mujeres con ciclos muy irregulares no deberían utilizar este tipo de métodos dado que es muy probable que fallen.

Si se desea recurrir a esta clase de métodos anticonceptivos, lo más recomendable es utilizar varios a la vez para así aumentar su eficacia y seguridad.

Existen un gran número de aparatos electrónicos en el mercado que combinan varios de estos métodos y permiten determinar los días fértiles.

Entre los métodos naturales incluiremos también los que, sin obviar el acto sexual, evitan el embarazo sin alterar el proceso natural:

  • Coito interrumpido.
  • Lavados vaginales.
Método Ogino-Knauss o del ritmo

Fue el primer método concebido para la planificación familiar y se basa en el ritmo menstrual y en la determinación de los días en que se debe evitar el coito.

La mujer ovula una vez en cada ciclo menstrual, generalmente entre el día 14 del ciclo menstrual. El óvulo permanece vivo 48 horas tras la ovulación y el espermatozoide 72 tras la eyaculación. Pero no todos los ciclos son regulares, por lo que se deben tner en cuenta los siguientes puntos:

  • Apuntar durante doce meses las fecha del primer día del ciclo menstrual (el día en que se empieza a manchar).
  • Se cuenta el número de días del ciclo más corto y del más largo de esos 12 meses, desde el primer día que se mancha hasta el día antes de comenzar a manchar en el siguiente ciclo.
  • Se resta 18 al número de días del ciclo más corto para obtener el número del primer día fértil del ciclo.
  • Se resta 11 al número de días del ciclo más largo y se obtendrá el número del último día en el que existe riesgo de embarazo.
  • El periodo comprendido entre estos dos días (siempre contados a partir del comienzo de la regla) es el de los llamados días fértiles de la mujer, y por tanto, en el que se deben evitar las relaciones sexuales completas. Sin embargo, conviene tener en cuenta que este método anticonceptivo ofrece un índice de seguridad muy bajo, de tan solo un 64%.
Método de la temperatura basal

Se basa en el aumento de la temperatura basal de la mujer durante el pico de progesterona que se produce en el ciclo menstrual. Esta hormona se produce después de la ovulación, es decir en la segunda fase del ciclo menstrual y causa una elevación de la temperatura corporal de entre dos y cinco décimas en relación a los días anteriores.

La mujer se debe tomar todos los días la temperatura a la misma hora y preferiblemente antes de levantarse. Puede realizarse una curva de temperatura y utilizar un termómetro especial que mide el rango de 35 ºC a 38 ºC. El coito será posible a partir del tercer día posterior a la subida de la temperatura, pero no antes.

Es un método muy seguro (99%), aunque tiene el inconveniente que serán muchos los días de abstinencia sexual y que no se puede recurrir a él cuando se tiene fiebre.

Método Billings

La mujer debe observar todos los días la densidad del moco cervical, que recogerá con los dedos en la entrada de la vagina. Se apuntarán en un gráfico los cambios del moco. Durante los días fértiles el moco es más elástico (como clara de huevo). Los días infértiles el moco es escaso y pegajoso. Se debe suspender la práctica del coito desde el comienzo del flujo hasta cinco días después del nivel más alto de este flujo, que es cuando el moco se vuelve como clara de huevo.

Existen unos aparatos en el mercado que facilitan este examen (un pequeño microscopio), ya que el moco cristaliza en los días fértiles y no lo hace en los infértiles.

Método Rotzer

Es la combinación del método de la temperatura basal con el método de Billings.

Los métodos de barrera

Tienen como misión impedir que espermatozoides atraviesen el canal cervical. De este modo, se evita que lleguen hasta el útero y las trompas y fecunden el óvulo.

Estos métodos pueden ser mecánicos (diafragma, preservativo masculino o femenino) o químicos (Cremas espermicidas. La combinación de ambos incrementa la eficacia anticonceptiva. Son de bajo coste, de fácil adquisición y no presentan complicaciones médicas.

Un posible inconveniente de los métodos barrera es que restan espontaneidad al acto sexual.

Anticonceptivos hormonales femeninos

La píldora

Es el método anticonceptivo más perfecto que se conoce, siempre y cuando la píldora se tome de una manera correcta y siguiendo las instrucciones del ginecólogo. De esta forma, los riesgos para la salud de la mujer son mínimos.

La píldora es un fármaco compuesto por hormonas sintéticas similares a las hormonas naturales femeninas (estrógenos y progesterona). Actúa impidiendo la ovulación de tal modo que no se libera el óvulo y es imposible que los espermatozoides lleguen a fecundarlo, por lo que no puede producirse el embarazo.

Implantes hormonales

Este método consiste en la inserción por parte de un especialista de pequeñas cápsulas debajo de la piel en la parte superior del brazo. Estas cápsulas liberan constantemente pequeñas cantidades de hormonas que tienen una doble acción:

  • Evitar la ovulación (la liberación del óvulo).
  • Espesar la mucosidad cervical para impedir que el esperma se una con el óvulo.

El médico puede retirarlos en cualquier momento. Su efectividad es del 99,95%. No previenen las infecciones de transmisión sexual. Respecto a las ventajas:

  • Protegen frente al embarazo durante cinco años.
  • No hay que tomar una pastilla diariamente.
  • No hay nada que recurrir a métodos de barrera antes del coito.
  • Se puede usar seis semanas después del parto, incluso si se está dando el pecho al bebé.
  • Pueden utilizarlo las mujeres que no pueden tomar la píldora.

Algunos posibles problemas son:

  • Sus efectos secundarios, que incluyen reglas irregulares, ausentes o más extensas, y otras molestias, como dolor de cabeza, depresión y ganancia o pérdida de peso.
  • Es posible que aparezca una cicatriz o decoloración de la piel en la zona de la inserción.
  • Es posible que el implante sea visible debajo de la piel.
  • Pocas veces se produce una infección en el lugar de la inserción.
  • En las raras ocasiones en las que se produce un embarazo, es más probable que éste ocurra en las trompas de Falopio (embarazos ectópicos).
Anticonceptivos en parches

Este parche contiene las mismas hormonas que las píldoras anticonceptivas convencionales, es decir progestágeno (norelgestromina) y estrógenos (estradiol). Estas hormonas se liberan lentamente y son absorbidas a través de la piel, alcanzando el torrente sanguíneo, lo que permite utilizar dosis más bajas que, por ejemplo, en el caso de la píldora. Se estima que su eficacia es de un 99%.

El parche es cuadrado (3,6 cm de lado) y se puede colocar indistintamente sobre el abdomen, los glúteos o cualquier zona de la parte superior del cuerpo, con la excepción del pecho. Cada semana debe retirarse y colocar uno nuevo en una parte diferente a la que ha estado el anterior. Después del tercer parche se debe descansar para que se produzca la menstruación.

Una de las ventajas del parche frente a la píldora es que no pierde eficacia en el caso de que haya diarreas y/ovómitos. Por contra, cabe la posibilidad, aunque no es fácil que ocurra, de que se pueda desprender durante la ducha o un baño en el mar o la piscina.

En cuanto a sus efectos adversos, tiene los mismos que la píldora, es decir, que puede provocar náuseas, coagulación sanguínea, retención de líquidos, alteraciones cardiovasculares, etc. Tampoco se recomienda su uso a mujeres fumadoras mayores de 35 años ni a aquéllas que presenten obesidad.

Anticonceptivos inyectables

Este tipo de anticonceptivos se administra por vía intramuscular y, como los parches, son de liberación lenta, lo que hace que el periodo de admnistración varíe de uno a tres meses dependiendo de las hormonas administradas. Teniendo esto en cuenta, hay que diferenciar dos clases:

  • Anticonceptivos inyectables solo de progestágenos (AISP). Contienen únicamente progestrona y se administran cada dos o tres meses. Al dejar de utilizarse el tiempo que se tarda en recuperar la fertilidad es de uno o dos meses.
  • Anticonpetivos inyectables combinados (AIC). Contienen una combinación de progesterona y estrógenos y la administración se realiza una vez al mes. Los estrógenos son naturales, lo que aporta otras ventajas añadidas, ya que mejora el metabolismo de los lípidos y la función cardiovascular. Al dejar de utilizarlo no se recupera la fertilidad hasta transcurrido aproximadamente un año.

En ambos casos la inyección debe aplicarla un médico y la primera de ellas siempre entre el primer y quinto día de la regla, mientras que las siguientes en intervalos de 30 días y siempre cuando no haya sangrado menstrual. Lo habitual es que con su uso la menstruación se presente de forma regular cada 30 días.

Este tipo de anticonceptivo actúa, al igual que la píldora o los parches, inhibiendo la ovulación, espesando el moco cervical y evitando el engrosamiento del endometrio para que en caso de existir un óvulo fecundado éste no pueda adherirse a él.

Las contraindicaciones de los anticoceptivos inyectables son las siguientes:

En lo que respecta a los efectos secundarios, se pueden citar los siguientes:

Entre los efectos secundarios posibles se pueden citar los siguientes:

  • Sangrado irregular prolongado o manchado, especialmente durante los tres primeros meses de admnistración
  • Dolores de cabeza
  • Náuseas
  • Sensibilidad mamaria anormal
  • Aumento de peso (uno o dos kilos al año)
  • Cambios en el estado de ánimo
  • Acné
  • Amenorrea

La mujer que utilice los anticonceptivos inyectables ha de buscar seguimiento y asesoramiento cuando se encuentre en alguna de las siguientes situaciones:

  • Cualquier inquietud que experimente
  • Cualquier signo de alerta de complicaciones (trombosis o tromboembolia)
  • Dolor intenso de pecho o dificultad respiratoria
  • Dolor de cabeza intenso con problemas de visión
  • Dolor intenso en las piernas o el abdomen
  • La importancia de aplicarse las inyecciones a tiempo (la siguiente inyección no debe retrasarse más de tres días de la fecha que corresponda)

Con todo, los anticonceptivos inyectables son tan eficaces como la píldora. En lo que se refiere a su seguridad a largo plazo, hay que señalar que la experiencia con ellos es muy corta, por lo que no se dispone de información suficiente.

Finalmente, conviene incicidir en que los métodos anticonceptivos hormonales no previenen las enfermedades de transmisión sexual, por lo que si no se tiene una pareja estable conviene complementarlos con anticonceptivos de barrera.

Dispositivo intrauterino (DIU)

El dispositivo intrauterino, o DIU, como se le conoce popularmente, es un pequeño aparato en forma de T que se coloca en el interior del útero. Está fabricado de plástico y metal, en la mayoría de los casos cobre. De él cuelgan dos hilos de nailon que asoman por el cuello de la matriz y que se utilizan para confirmar en las revisiones periódicas que el DIU sigue estando en su sitio y para favorecer la retirada del mismo. Se debe colocar y retirar durante la menstruación, ya que es el momento en que el cuello del útero está más abierto.

Este dispositivo actúa dificultando el paso de los espermatozioides a las trompas de Falopio y al mismo tiempo impidiendo la anidación en el endomterio del óvulo fecundado al provocar cambios en en el endometrio, el moco cervical y en el movimiento de las trompas. En la actualidad existen DIU que contienen una hormona, levonorgestrel, que libera de forma constante en el interior del útero con el fin de evitar un posible embarazo.

El DIU es eficaz desde el momento de su colocación y la mujer recupera su capacidad para quedarse embarazada cuando se retira. Puede estar en el útero por un periodo que oscila entre los dos y cinco años, aunque deben seguirse las recomendaciones del ginecólogo a este respecto.

Durante los tres primeros meses después de su colocación es frecuente que la menstruación sea más abundante y molesta de lo habitual. Esto sucede porque el útero se contrae para expulsar la sangre durante la regla, por lo que los brazos del DIU chocan con sus paredes interiores ocasionando algo de dolor, pero estas molestias desaparecen transcurrido este tiempo. También suele producirse un aumento de las secreciones vaginales a causa de la reacción del endometrio ante la presencia en el útero de un cuerpo extraño.

El DIU es un método anticonceptivo muy eficaz; su seguridad es algo inferior a la de la píldora, pero le sigue en eficacia y está muy lejos de otros métodos anticonceptivos reversibles. Además tiene otras ventajas importantes, ya que puede ser utilizado por aquellas mujeres en las que están contraindicados los anticoncetivos hormonales, es cómodo, no actúa sobre el sistema endocrino ni interactúa con otros medicamentos y cuando se retira la mujer recupera de forma inmediata la fertilidad.

Sin embargo no se recomienda su uso a mujeres que no hayan tenido al menos un embarazo y no se puede utilizar cuando hay un embarazo en curso, se tienen sangrados vaginales que no pueden ser explicados, existencia de infecciones tras un aborto o un parto o en el caso de padecer un cáncer de ovario o endometrio y se esté en tratamiento.

La píldora del día después

Su denominación técnica es "anticonceptivo postcoital de emergencia", lo que implica que se usa con posterioridad a una relación sexual sin protección. Sin embargo, en la actualidad, especialmente en el caso de mujeres jóvenes, se está utilizando como un método anticonceptivo habitual, cuando no lo es. La píldora del día después se ha concebido para utilizarlo únicamente cuando falla el método habitual, como cuando se ha roto el preservativo durante el coito, o ante situaciones de excepción, como en caso de violación.

Consta de dos pstillas. La primera debe tomarse antes de las 72 horas posteriores al coito y la segunda 12 horas después. No obstante, hay que tener en cuenta que cuanto más se tarde en tomar la primera pastilla más reduce su eficacia, estimada en un 85%. En caso de recurrir a la píldora del día después dos o más veces durante un mismo ciclo menstrual pueden surgir alteraciones de la regla que requerirán la intervención de un ginecólogo.

No se debe usar en ningún caso ante la sospecha de estar embarazada o si han pasado más de 72 horas después de haber mantenido una relación sexual, dado que en este intervalo de tiempo puede haberse producido la fecundación del óvulo. Tampoco es recomendable su uso en personas que sufren migrañas frecuentes, con historia personal de enfermedad tromboembólica, anomalías en los factores de coagulación, estar dando de mamar o presentar alguna enfermedad relacionada con las trompas de Falopio.

Los efectos adversos más frecuentes son náuseas, vómitos, mareos, migrañas, cansancio y dolor mamario. Sueles aparecer después de ingerir la segunda pastilla y desparecen a las 24 horas.

Tasa de fracaso de los métodos anticonceptivos

Una forma de medir la tasa de fracaso de los métodos anticonceptivos y, en consecuencia, de la posibilidad de embarazo es mediante el índice de Pearl, que se define como la cantidad de embarazos en un año por cada 100 mujeres que usan un determinado método anticonceptivo.

Este índice muestra el porcentaje de fallos de cada método anticonceptivo. La inversa de este índice (1/índice de Pearl x 100) nos informa de la efectividad en el uso de cada método.

Métodos irreversibles

Esterilización

La esterilización es un método irreversible para el control de la natalidad al que únicamente debe recurrirse cuando se tiene la absoluta convicción de que no se desea tener más hijos. Debe ser una decisión pensada y razonada.

No obstante, en ocasiones puede haber razones médicas que recomienden la estrilización de la mujer aun cuando esté en edad fértil, como es el caso de que un eventual embarazo entrañe un grave riesgo para ella.

La esterilización tiene también la peculiaridad de que puede realizarse en cualquiera de los dos miembros de la pareja. En el caso del hombre, se concreta en una vasectomía, que consiste en la ligadura y corte de los vasos deferentes, que son los que llevan a los espermatozoides desde el escroto a los testículos. En el caso de la mujer, la intervención implica la ligadura u oclusión de las trompas de Falopio, lo que impedirá que el óvulo llegue al útero y, por tanto que el espermatozoide entre en contacto con él. Ambas formas de esterilización son muy sencillas, con un índice muy bajo de complicaciones.

Ninguna de las dos técnicas afecta al funcionamiento hormonal, pues la mujer sigue ovulando y teniendo la regla. Por su parte, el varón conserva su potencia sexual. Cualquiera que sea el miembro de la pareja en el que se aplique el método, la sexualidad de la pareja mejora porque proporciona una mayor libertad sexual.

En ocasiones esta intervención puede ser reversible, aunque las solicitudes para recuperar la fertilidad son muy escasas, al igual que las posibilidades de éxito de las técnicas de recanalización de los conductos deferentes en el hombre o de las trompas de Falopio en la mujer.

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