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Electroencefalograma

Fundamento

El electroencefalograma es una prueba neurofisiológica, que se basa en los mismos principios del electrocardiograma, con la diferencia de que en este caso se registra la actividad eléctrica del cerebro generada por la comunicación de las neuronas entre sí. Unos electrodos captan la actividad eléctrica que es amplificada y trasladada a una gráfica que luego es interpretada por el médico. 

El encéfalo, la parte superior y más voluminosa del sistema nervioso central del ser humano, está compuesto por el cerebro, el tronco del encéfalo y el cerebelo. Es el conjunto más complejo y sofisticado de nuestro organismo, y ejecuta, regula, controla y coordina las más importantes funciones del mismo, como el procesamiento de la información sensorial, el control y la coordinación del movimiento, la regulación de múltiples procesos bioquímicos y metabólicos de nuestro organismo, etc. Pero también es responsable de la cognición, las emociones, la memoria, el comportamiento y el aprendizaje.

Todo ello está condicionado por el desarrollo de procesos electroquímicos (neuroquímicos) que generan impulsos eléctricos a diferentes frecuencias y amplitudes, que son los que se registran con el electroencefalógrafo, generando una gráfica cuya interpretación por parte del neurólogo ofrece información precisa sobre el funcionamiento del encéfalo. 

¿Qué es?

El electroencefalograma es una prueba diagnóstica que se puede realizar en situación normal, sometiendo al paciente a diferentes estímulos (hiperventilación y fotoestimulación) o durante el sueño. En este último caso formando parte de una estudio del sueño conocido como polisomnografía.

Dado que los impulsos eléctricos emitidos por el cerebro son de muy baja intensidad, se han de amplificar mediante el electroencefalógrafo para poderlos registrar y representar en forma de líneas, lo que permite interpretar la actividad eléctrica de las distintas áreas cerebrales a lo largo del tiempo. Estos registros presentan patrones normales y anormales, y estos últimos se corresponden con determinadas lesiones o enfermedades. El electroencefalograma puede complementarse con otras pruebas diagnósticas, en función de la enfermedad de que se trate.

Tiempo atrás los registros se realizaban en papel. Actualmente se utiliza la tecnología digital, que permite un mayor y mejor almacenamiento y análisis de los registros. Esto facilita, además, la realización de  electroencefalogramas de 24 horas, e incluso de varios días de duración.

Indicaciones del electroencefalograma

El electroencefalograma puede servir para detectar alteraciones o lesiones cerebrales de diferentes tipos:

  • Se debe realizar un electroencefalograma siempre que:
  • Si se atiende a los resultados del electroencefalograma las anomalías que se detecten pueden deberse a:
    • Sangrado anormal (hemorragia).
    • La existencia de una estructura anormal en el cerebro (tumor).
    • Problemas de atención.
    • Tejido muerto debido a un bloqueo del suministro de sangre (infarto cerebral).
    • Alcoholismo o drogadicción.
    • Traumatismo craneal.
    • Migrañas (en algunos casos).
    • Trastornos convulsivos (epilepsia ).
    • Trastorno del sueño (narcolepsia).
    • Inflamación del cerebro (encefalitis).
  • El electroencefalograma también se realiza para:
    • Evaluar posibles trastornos del sueño (insomnio, narcolepsia, etc.).
    • En niños, para el diagnóstico de posibles malformaciones congénitas o problemas de maduración y desarrollo cerebral.
    • Monitorizar al paciente durante la realización de una cirugía cerebral.
    • En pacientes en coma profundo, para asgurarse de que no muestran actividad cerebral.
    • Para establecer la muerte cerebral.

¿Cómo se realiza?

El electroencefalograma lo suele realizar un neurólogo y no requiere una preparación específica por parte del paciente.

Para la obtención de los diferentes registros de la actividad eléctrica cerebral, al paciente se le colocan sobre el cuero cabelludo (en realidad sobre el pelo)  una serie de electrodos, bien sea pegados uno a uno, o bien mediante un gorro que ya lleva los electrodos incorporados.

Normalmente, el electroencefalograma se realiza con el paciente sentado o reclinado en una camilla y en reposo, dado que cualquier movimiento puede alterar los resultados de la prueba. No obstante, en algunas ocasiones puede interesar que se efectúe en condiciones en las que el cerebro está activo, por lo que se le solicitará al paciente que realice respiraciones profundas y frecuentes durante unos minutos, o que mire hacia una luz intensa y centelleante. En los estudios de los trastornos del sueño, el registro de datos se practica mientras el paciente duerme. 

La prueba dura normalmente en torno a 30 minutos, aunque en casos muy especiales se realizan registros de 24 horas, e incluso varios días.

Preparación para electroencefalograma

La persona a la que se le va a realizar un electroencefalograma no necesita ninguna preparación previa especial. Sin embargo, ha de tener en cuenta algunas consideraciones:

  • El día previo a la prueba ha de lavarse el cabello, pero evitando el uso de aceites, acondicionadores, tintes o lacas.
  • Se ha de evitar la toma de sustancias estimulantes, como la cafeína, durante las 24 horas previas.
  • La toma de determinados medicamentos puede alterar los resultados de esta prueba, por lo que el paciente deberá comentar con el médico qué fármacos está tomando por si hubiera de interrumpir la toma de alguno de ellos antes de que le realicen el electroencefalograma.

¿Qué se siente durante la prueba?

Además de la sensación extraña a que puede causar el tener una serie de electrodos adheridos al cuero cabelludo, el registro electroencefalográfico no causa la más mínima molestia, ni siquiera genera ninguna sensación. Los electrodos no transmiten electricidad al organismo, sino que captan y registran la que se produce en el cerebro.

Precauciones y riesgos

El electroencefalograma es un procedimiento diagnóstico muy seguro y prácticamente exento de riesgos. Podría darse el caso, muy raro, de personas que son alérgicas a las sustancias con las que han de entrar en contacto al realizarse esta prueba, como la pasta conductora de la electricidad, el metal de los electrodos o el material con que está fabricado el gorro. En estos casos podría estar contraindicada esta exploración.

En personas con epilepsia o trastornos convulsivos conocidos o sospechados podría desencadenarse una crisis al realizar las maniobras de estimulación de hiperventilación y fotoestimulación. De todas maneras, el hecho de que se produzca esa crisis confirma ya de por sí el diagnóstico y, por otra parte, el profesional que realiza la prueba está preparado para atender y solucionar la situación.

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