Principales problemas visuales en niños y cuando acudir al oftalmólogo

Llega la vuelta al colegio y con ella todo un listado de preparativos para tenerlo todo a punto para el arranque del nuevo curso, donde no pueden faltar los cuidados de salud de los más pequeños. En este sentido, cabe recordar la importancia de cuidar la salud visual de los niños y niñas para poder prevenir problemas que puedan afectar a su rendimiento académico y a su vida social y familiar. Por ello, los oftalmólogos destacan la importancia de conocer cuáles son los principales problemas que pueden afectar en la etapa infantil y cuando es necesario acudir al oftalmólogo.

Principales problemas visuales

Entre los principales problemas que pueden aparecer durante la etapa infantil se encuentran los defectos de refracción como la miopía, el astigmatismo y la hipermetropía. Es importante detectar estos problemas de forma precoz para evitar alteraciones adicionales. También es muy importante detectar a tiempo una ambliopía u ojo vago, un estrabismo o desviación de los ojos y cualquier otra alteración como posiciones anómalas de la cabeza secundarias a problemas oculares, como por ejemplo los nistagmos. También puede haber patologías en el recién nacido como las conjuntivitis, secundarias a obstrucciones de la vía lagrimal que en la mayoría de los casos se resolverán espontáneamente.

Hay que tener en cuenta que el ser humano no nace con un sistema visual completamente desarrollado y maduro, sino que va adquiriendo y perfeccionando su capacidad visual a medida que la corteza cerebral recibe los estímulos apropiados y más o menos simétricos durante los primeros años de vida. "La agudeza visual va mejorando desde el primer mes de vida y se acaba completando hasta llegar al 100% en torno a los 6-7 años. Por eso hasta los 7 u 8 años consideramos que es una etapa crucial para lograr un completo desarrollo visual puesto que después, al disminuir la plasticidad cerebral, es más complicado conseguirlo", subraya la doctora Pilar Merino, especialista en Oftalmología Pediátrica y Estrabismo de Clínica Baviera.

La importancia de las revisiones

Por todo esto, resulta fundamental hacer un seguimiento al menor que permita un diagnóstico precoz de cualquier anomalía que pueda impedir un desarrollo visual normal, puesto que si no se detectan a tiempo pueden dejar secuelas y generar un bajo rendimiento escolar. "Para diagnosticar estos problemas oftalmológicos en los niños es necesario que los padres sean conscientes de la necesidad de realizar una serie de revisiones con su médico especializado en oftalmología pediátrica", indica la doctora Merino.

En general, la primera revisión oftalmológica se debe realizar en torno al año de vida y no más allá de los 3, teniendo en cuenta que los niños deben tener los ojos alineados entre los 4-6 meses de vida. Cualquier desviación ocular a partir de esa edad se considera estrabismo y debe ser diagnosticada y tratada convenientemente. "Por ello, si el pediatra ha detectado alguna anomalía en las exploraciones o si los padres son los que la refieren o si hay antecedentes importantes de enfermedad visual en la familia, se pueden hacer revisiones en cualquier momento (incluso en los recién nacidos), ya que se dispone de equipos adaptados a cualquier edad para realizar las exploraciones oftalmológicas, por lo que ningún niño es demasiado pequeño para poder revisarle la vista", apunta la doctora Merino. Una vez realizada la primera exploración es aconsejable revisar la vista anualmente, si no hay alteraciones visuales, o con mayor frecuencia si se hubiera detectado algún problema.

Consejos visuales en la infancia

Además de las revisiones, los expertos recomiendan también seguir una serie de consejos que ayuden a cuidar la salud visual de los niños:

  • Prestar atención a los signos de alarma como picor de ojos, visión borrosa, que se acerquen mucho para leer o al televisor, que hagan gestos continuos con los ojos, que tengan los ojos rojos al final del día, etc.
  • Hacer un uso responsable de las pantallas, es importante limitar el tiempo de exposición a las mismas y hacer descansos. La mayoría de las sociedades científicas de oftalmopediatría recomiendan:
    • Poner en práctica la regla 20-20-20: hacer descansos cada 20 minutos de 20 segundos mirando un objeto a 6 metros (20 pies) o al infinito.
    • Aplicar la regla 30-40-50: mantener esta distancia (en centímetros) al teléfono móvil, a la tablet y a los ordenadores respectivamente.
    • Asimismo, se recomienda:
      • Evitar el uso de pantallas en menores de 2 años
      • Entre 3-5 años, no usarlas más de 1 hora/día
      • En los mayores de 6 años, establecer límites de exposición
      • No usar los dispositivos dos horas antes de dormir
  • Realizar actividades al aire libre: ayudará a disminuir el uso de pantallas y también a ejercitar la visión lejana. Existen varios estudios que relacionan una menor exposición a la luz solar (menos de dos horas al día) con la posible aparición de la miopía.
  • Realizar tareas con buena iluminación: a la hora de leer, estudiar o hacer tareas es importante, en la medida de lo posible, emplear luz natural y directa de manera que se eviten los reflejos. Además, hay que evitar ver pantallas a oscuras y usarlas antes de dormir.
  • Usar gafas de buceo: la entrada de cloro en los ojos puede provocar picor o escozor al ser una sustancia irritante y desencadenar una reacción alérgica o infección.

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