Los nutricionistas recomiendan legumbres y aceite de oliva ante el aumento de precios y escasez de alimentos por la guerra en Ucrania

"La población con menos recursos debe encontrar alternativas eficaces para evitar la obesidad y la alimentación nociva como los dulces"

El Colegio de Dietistas-Nutricionistas de Cataluña (CoDiNuCat) ha expresado su preocupación por la salud de la población con menos recursos económicos debido al incremento de los precios de los alimentos (en marzo, la inflación alcanzó el 9,8% en España) y a la posible escasez de algunos productos, derivado de la guerra de Ucrania.

El aumento generalizado de los precios de los alimentos y la falta de algunos productos supone un incremento en el gasto destinado a la alimentación de la población. Preocupa en especial aquellas personas con menores recursos económicos ya que la cesta de la compra se puede ver modificada. La presidenta del CoDiNuCat, Roser Martí, señala que se ha comprobado que los ingresos bajos se relacionan con una menor salud nutricional de la población, conduciendo a una mayor prevalencia de enfermedades crónicas como la obesidad, tal y como se observa en la Encuesta de Salud de Cataluña 2020 en donde se evidencia una mayor prevalencia de sobrepeso y obesidad en personas de clases menos favorecidas. Además, según la organización no gubernamental Save the Children el 18,1% de los niños y niñas de hogares con ingresos más bajos consume a diario dulces, frente al 10% de los niños de familias con rentas más altas.

Sobre la subida del precio del aceite de girasol, la doctora Martí, destaca que el aceite de oliva sigue siendo la mejor opción grasa de la dieta mediterránea, por sus beneficios en cuanto a la calidad de sus ácidos grasos. Además, forma parte de nuestra cultura y es un producto de proximidad. Aunque su precio sea ligeramente superior resulta más rentable e interesante por varias razones: soporta unas temperaturas más elevadas que el aceite de girasol, por consiguiente, tarda más en agotarse en la cocción; cuando se calienta "crece", por lo que con menor cantidad se consigue más volumen, tiene más nutrientes, entre otras.

Por otra parte, el incremento de los costes de los piensos y del forraje ha originado un alza de los precios de los alimentos de origen animal, con la consiguiente repercusión en la cesta de la compra. La proteína animal puede sustituirse por la vegetal como las legumbres. Así, los garbanzos, las lentejas, las judías blancas, los guisantes, las habas, entre otros son alimentos muy valorados desde el punto de vista nutricional. Son más económicas y con ellas se pueden elaborar platos muy variados. Nutricionalmente las legumbres destacan por su contenido en fibra, vitaminas, minerales, antioxidantes, proteínas, hidratos de carbono y, además, no aportan o aportan muy pequeñas cantidades de grasas saturadas, colesterol, sal y azúcares.

Por su riqueza en proteínas, las legumbres son unos sustitutos ideales de las carnes, de las cuales, en nuestro entorno, se hace un consumo excesivo. Por ejemplo, 100 gramos de lentejas secas contienen 24 gramos de proteínas, mientras que 100 gramos de solomillo de ternera o de pechuga de pollo, aportan 20 gramos. La presidenta del Colegio de dietistas-nutricionistas, finaliza afirmando que "si a estos incrementos de precios se añade el sobrepeso de la población tras la pandemia y hábitos tan perniciosos como largas veladas ante las pantallas, el sedentarismo y la disminución de las horas de sueño, tenemos una situación muy compleja para la salud de la gente, especialmente para la que tiene menos recursos económicos".

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