La vitamina B3 participa en el metabolismo de los hidratos de carbono, las proteínas y las grasas en la circulación sanguínea y en la cadena respiratoria. Interviene en el crecimiento y funcionamiento del sistema nervioso y en el buen estado de la piel. Se encuentra en carnes, hígado y riñón, lácteos, huevos, cereales integrales, levadura y legumbres.
Su carencia produce alteraciones del sistema nervioso, trastornos digestivos, fatiga constante, problemas de piel, úlceras bucales, problemas en la encías y/o lengua, y padecimiento de la pelagra (problemas de piel ante la exposición a la luz, inflamación de mucosas, diarrea y alteraciones psíquicas).
La deficiencia de niacina afecta a todas las células del cuerpo.