Los bifosfonatos se adsorben en los cristales de hidroxiapatita de los huesos, enlenteciendo su velocidad de crecimiento y disolución, y con ello, la velocidad de recambio óseo. Los bifosfonatos tienen un importante papel en la profilaxis y el tratamiento de la osteoporosis, incluida la inducida por los corticosteroides. El ácido alendrónico y el risedronato sódico se consideran los fármacos de elección para estos trastornos, pero puede valorarse el etidronato disódico si estos fármacos no resultan adecuados o no se toleran bien.
Los bifosfonatos se emplean asimismo para tratar la enfermedad de Paget, la hipercalcemia asociada a neoplasias y la metástasis ósea en el cáncer de mama. El etidronato disódico puede alterar la mineralización ósea si se utiliza de forma continua o en dosis altas (por ejemplo, para tratar la enfermedad de Paget).