Enfermedades de la mama - Lo fundamental - Mastopatía fibroquística

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¿En qué consiste la mastopatía fibroquística?

Es una enfermedad benigna de la mama, también conocida como displasia mamaria, enfermedad quística crónica o mastopatía benigna.

Constituye un desorden, perturbación o anomalía adquirida y persistente de la glándula mamaria, de etiología presumiblemente dishormonal (se cree debida a una disfunción de las hormonas sexuales femeninas: estrógenos, progesterona, etc). Las displasias mamarias no son, por lo tanto, procesos inflamatorios ni tumorales, sino alteraciones en la clínica e histología de la glándula mamaria, provocada por el desequilibrio hormonal antes comentado.

¿Cómo y cuando es más frecuente?

Constituyen las lesiones benignas más frecuentes de la mama, suponiendo el 54% de las mastopatías y el 70% de las lesiones benignas de la mama. Se presentan en la edad reproductiva de la mujer, y por tanto, la mayor incidencia está entre los 35 y 49 años. Como factores predisponentes se encuentran: nuliparidad (no haber tenido hijos), edad tardía del primer parto, dieta rica en grasas y obesidad; considerándose a la lactancia como un factor protector.

¿Qué síntomas produce?

En el seno de una mama fibroquística pueden aparecer varias formaciones quísticas de tamaño variable. La paciente puede notar la aparición de un nódulo que ha adquirido un tamaño considerable en poco tiempo. Algunas veces aparece un dolor referido en la zona tumoral. Otras veces el diagnóstico del quiste es precedido por una mamografía de control sin que su portadora lo haya notado.

Por lo general, la paciente refiere molestias en la mama afectada, o en ambas (mastodinia), o incluso dolor intenso (mastalgia severa), y en la exploración destacan unas mamas densas, con irregularidades que corresponden a los quistes.

En cuanto a su característica de cíclica debemos considerar:

  • Es privativa de la mujer cíclica (con ciclos ovulatorios: no existe en la prepúber ni en el hombre)
  • Sufre variaciones con el ciclo menstrual, incrementándose los síntomas tras la ovulación.
  • Recorre distintas etapas o ciclos a lo largo de la etapa sexual de la mujer.
  • Es difusa, pues compromete, aunque con distinta intensidad, a todo el parénquima mamario.
  • Suele responder a la medicación hormonal.

 

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico de esta enfermedad es fundamentalmente clínico, es decir se sospecha ante los síntomas de la paciente y la exploración de la mama.

Pueden ser necesarios métodos auxiliares de diagnóstico, como la mamografía, ecografía mamaria (exploración con ultrasonidos), aspiración de los quistes, etc.

La mamografía detectará un nódulo de contornos bien definidos y será la ecografía la que permitirá distinguir su contenido, sólido o líquido. Ante la presencia de un nódulo con signos ecográficos de quiste, la actitud correcta será la punción evacuadora para la obtención de material, que puede ser estudiado por citología y como tratamiento, al vaciar el quiste de su contenido.

¿Cuál es su tratamiento?

El tratamiento debe individualizarse, de acuerdo a la respuesta en cada paciente. El mejor tratamiento consiste en tranquilizar a la paciente acerca del carácter fisiológico del mismo. A veces es preciso realizar un buen apoyo psíquico, asegurándoles que sólo tienen una "perturbación" o "desorden" y, sobre todo, que no tienen mayor riesgo de cáncer (importancia de combatir la "cancerofobia" que presentan muchas de estas pacientes).

El primer paso consiste en medidas higiénico-dietéticas: como es una dieta baja en metilxantinas (café, chocolate, té negro, refrescos de cola, nueces) y baja en grasas de origen animal. Es también conveniente reducir la sal de la dieta.

A pesar de lo dicho anteriormente, en aproximadamente el 15% de las pacientes persiste el dolor y se justifica el tratamiento médico. Teniendo en cuenta la fisiopatología endocrina de la mastopatía fibroquística y la existencia en la misma de una causa, representada por el desequilibrio hormonal, el tratamiento médico no debe ser único, sino múltiple. Esto constituye la esencia del tratamiento combinado a base de distintas hormonas: gonadotropinas, antiandrógenos, etc.

A veces es preciso un tratamiento individualizado de los quistes, tal es el caso de quistes clínicamente palpables y dolorosos, con un tamaño considerable. En ellos, se procederá, como primera medida, a punción-evacuación de su contenido. Tras la evacuación es recomendable la introducción de aire por la misma aguja y la realización de una mamografía (neumoquistografía) que corroborará la total evacuación del quiste.

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