Piel sana - De interés - Protección solar, también en otoño e invierno

Exponerse al sol durante los meses fríos tiene beneficios sobre la salud.
El sol es imprescindible para sintetizar la vitamina D en la piel.
Los rayos ultravioleta reducen también el riesgo de angina de pecho.
Es necesario utilizar protección solar en cualquier estación del año para prevenir el cáncer de piel.
El sol es fuente de salud mental.

Para la prevención del cáncer de piel es fundamental una buena protección solar, aunque exponerse al sol durante los meses fríos es positivo por los beneficios sobre la salud que poseen las radiaciones solares.

Es necesario saber manejar los tiempos de exposición al sol para beneficiarse de sus efectos y utilizar protectores solares el resto del tiempo que se permanezca al aire libre para prevenir el cáncer de piel.

La radiación solar está relacionada con la incidencia de cáncer de piel en la población. Melanomas y carcinomas cutáneos son frecuentes en personas que se exponen al sol de forma frecuente y sin protección. El principal factor de riesgo implicado en la aparición de estas enfermedades son las radiaciones solares de tipo B (UVB) y las de tipo A (UVA).
España es un país muy soleado y la incidencia de cáncer de piel es alta. El índice de radiación ultravioleta ambiental producida por el sol en España es de 9 a 10 en verano, de 5 a 6 en primavera y otoño, y de casi 2 en invierno. Por ello es necesario utilizar protección solar en cualquier estación del año.


Sin embargo, el sol es imprescindible para sintetizar la vitamina D en la piel, la cual regula, entre otras cosas, la calcificación de los huesos, y los rayos ultravioleta reducen también el riesgo de angina de pecho, ya que el sol actúa dilatando los vasos sanguíneos y disminuyendo la presión arterial. Al mismo tiempo, el sol es fuente de salud mental, ya que favorece la formación de serotonina, una sustancia relacionada con los estados de ánimo que mejora las depresiones propias del otoño e invierno. Los rayos solares también estimulan la producción de una hormona del cuerpo llamada cortisol, que regula los ritmos corporales de sueño y de vigilia, y que disminuye la inflamación de ciertas enfermedades que cursan con dolor, como la artritis y la artrosis.


Por todo ello, debe existir un equilibrio en el uso de los protectores solares, que se deben utilizar siempre que nos expongamos al sol de forma prolongada, como en los deportes al aire libre. Incluso en invierno, a través de la nubes, se filtran rayos dañinos que pueden envejecer la piel precozmente y, lo que es peor, ocasionar un cáncer de piel. Sin embargo, a pesar de que se aconseja esta protección también en la exposiciones breves, como al caminar por la ciudad, existen voces críticas con esta medida, ya que no se pueden aprovechar los beneficios del sol con el uso continuado de protectores solares. 

El sol, fuente de vitamina D

Se aconseja exponer al sol la cara y los brazos desnudos sin protector solar durante 10 a 15 minutos dos o tres días de la semana. El resto de las exposiciones se deben proteger con un filtro solar adecuado a la estación, a la altura y a las condiciones ambientales, pues no es lo mismo estar al nivel del mar o en la montaña y tampoco se debe utilizar el mismo protector en la ciudad que en la campiña nevada. Es necesario saber que los rayos solares se reflejan en superficies como la arena o la nieve, multiplicándose su efecto sobre la piel. El agua y algunos suelos reflejan más del 10% de la radiación ultravioleta, la arena refleja entre un 10% y un 25%, y la nieve puede reflejar hasta un 80%. Los rayos filtrados a través de las nubes también son muy peligrosos.  

La Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) aconseja usar una crema hidratante con protección solar factor 15 o superior durante el otoño y el invierno. Si nos encontramos en una zona nevada o en alta montaña el factor de protección debería ser muy alto.
Los protectores solares se deben aplicar media hora antes de la exposición al sol en rodas las zonas desnudas del cuerpo y se debe repetir la aplicación cada dos horas. Es también importante tener en cuenta que el protector solar siempre se debe aplicar encima de cualquier otra crema corporal o facial que se utilice ya que, si se aplica encima del protector solar cualquier otro tratamiento, este perderá eficacia.

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