Los terrores nocturnos son comunes en niños de entre 3 y 7 años y especialmente en los dos últimos de esta franja de edad. Suelen producirse en el transcurso de la primera mitad de la noche, en especial entre medianoche y las 2:00 horas. Se pueden detectar porque el niño grita y se agitan, mostrándose asustados y al despertar se sienten confusos. También pueden presentar sudoración y una aceleración de la frecuencia cardiaca, incluso dilatación de pupilas. Pero no hay motivo de alarma y no supone un problema despertarles cuando se advierte su agitación, pero también se les puede hablar y acariciarlos para que se tranquilicen. Un episodio de terror nocturno puede durar aproximadamente unos 20 minutos, Luego el niño vuelve adormirse con normalidad y al despertar por la mañana no suele acordarse de lo que ha pasado.
No se sabe muy bien por qué se producen los terrores nocturnos, aunque se cree que una experiencia emocional fuerte (por ejemplo, presenciar una fuerte discusión entre los padres) o haber visto la noche anterior una película de terror o violencia en la televisión, etc.,
Lo que sí hay que tener en cuenta es que los niños que sufren terrores nocturnos pueden padecer en el futuro sonanbulismo.
