Un alto consumo de azúcares en personas mayores puede provocar mayor fragilidad

Un elevado consumo de azúcares en las personas mayores está asociado a mayor riesgo de desarrollo de fragilidad, además de aumentar la posibilidad de padecer diabetes, obesidad y enfermedades cardiovasculares. El síndrome de fragilidad en personas mayores puede promover el aumento de la discapacidad, problemas de movilidad, falta de autonomía y dependencia.

La fragilidad es una situación reversible, siempre y cuando se establezcan unos adecuados hábitos nutricionales y el mantenimiento de ejercicio físico moderado. Sin embargo, según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), la dieta de las personas mayores suele ser rica en azúcares, grasas animales saturadas, con un alto contenido en sal y excesivamente condimentada. Además, se calcula que en torno al 30% de las personas de más de 75 años tienen diabetes en España, y más de la mitad de la población con diabetes tipo 2 tiene más de 65 años. Estos datos, ponen de relieve la importancia de desarrollar una alimentación baja en azúcares especialmente en las personas mayores para mejorar su calidad de vida.

Laboratorios Ordesa, desde su gama de suplementos nutricionales para adultos, ofrece algunas recomendaciones de los expertos en nutrición para reducir el consumo de azúcares y prevenir la fragilidad.

  • Una dieta saludable debe ser variada y equilibrada, que aporte la energía necesaria para mantener nuestra actividad diaria y un peso estable, con un alto consumo de frutas, verduras, pescado azul, legumbres, frutos secos y aceite de oliva.
  • La alimentación de las personas mayores de 65 años debe estar compuesta en su mayoría por carbohidratos complejos (60%), que deben proceder mayoritariamente de los cereales, las legumbres, las frutas, las verduras y hortalizas, y que nos garantice a su vez un consumo de fibra diario.
  • Reducir al máximo los hidratos de carbono simples (10% de la dieta), como la sacarosa o la glucosa, que podemos encontrar en los dulces, la bollería, refrescos o los alimentos procesados.
  • Reducir el consumo de sal (menos de 6 g/día), aunque no se han de eliminar por completo de la dieta, conviene limitar los alimentos ricos en sal.
  • Las grasas deben aportar un 25-30% de la energía total de la dieta. Fomentando el consumo de grasas saludables como las que podemos encontrar en carnes blancas, pescados azules, o aceites vegetales como el de oliva.
  • Las personas mayores es esencial que tengan una ingesta diaria mínima de fibra entre 20-35 gramos al día, ayudará a regular la glucemia, controlar el colesterol y prevenir el estreñimiento.
  • Mantener una ingesta adecuada de vitamina D y calcio. La vitamina D se encuentra principalmente en pescados grasos y alimentos fortificados.

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