Más de la mitad de las mujeres alcohólicas que piden ayuda han sufrido abusos y otros traumas en la infancia

Este hecho contrasta con el bajo porcentaje de denuncias por abusos en España
La clínica Triora advierte de la necesidad de replantear los tratamientos por adicción adecuados a las particularidades de estos casos

Triora, clínica especialista en rehabilitación de adicciones, ha analizado las entrevistas de primer ingreso y los expedientes clínicos del último año para determinar los factores potenciales que desencadenan la adicción al alcohol en las mujeres. De este modo, se ha establecido que más de la mitad de las mujeres que han solicitado ayuda en este sentido sufrieron abusos en la infancia de carácter físico y sexual, así como otros traumas en la infancia de alto contenido emocional, tales como la separación traumática de los padres, la pérdida de un familiar muy cercano o situaciones de bullying escolar.

Más allá de particularidades como la edad, la educación o el empleo, las mujeres alcohólicas que sufrieron este tipo de traumas en la infancia suelen mostrar mayor dependencia de las sustancias alcohólicas que las que no la padecieron.

"Este es un dato que nos ha sorprendido considerando los bajos porcentajes de denuncias por abusos sexuales a niños en España. Un problema que evidentemente sigue silenciado a nivel social", explica Joaquín Descals, director médico de la Clínica Triora. "Los últimos datos al respecto indican, según un informe de "Save the Children", que el 85% de estos abusos no se llegan a denunciar".

En estos casos, la adicción aparece a edades muy tempranas y no es hasta años después, en la mayoría de los casos, que estas mujeres piden ayuda y se ponen en tratamiento. Se trata de mujeres que consumen alcohol para relajarse y vincularse con los demás, con patrones de vida similares: más problemas familiares, separaciones de pareja, etc. Como consecuencia, el problema se agrava y la dependencia es cada vez mayor.

Además, en el caso de las mujeres, el problema específico del alcohol puede verse incrementado debido a su fisiología. Las mujeres suelen tener una menor masa corporal respecto los hombres, lo que dificulta la dispersión y metabolización del alcohol ingerido. De modo que, bebiendo menos cantidad que los hombres, pueden sufrir efectos más nocivos. El género también afecta en cuanto a la disposición a desarrollar enfermedades relacionadas con el consumo de alcohol, ya que las mujeres presentan un mayor riesgo de sufrir daños en el hígado, el cerebro y posibles enfermedades cardíacas. Incluso algunas investigaciones han relacionado el consumo frecuente de alcohol de las mujeres con un alto riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.

Las diversas particularidades que presenta la dependencia alcohólica en estos casos influyen en los mecanismos de prevención, intervención y tratamiento, que deben ser más específicos y adaptados. "En estos casos, cobra una gran importancia el diagnóstico precoz y la instauración de un tratamiento lo antes posible, que no se base únicamente en el autocontrol, sino que intervenga en los traumas físicos y sexuales de la forma más cercana y respetuosa posible. Una vez desintoxicada la paciente, el abordaje del alcoholismo debe realizarse atendiendo al malestar psicológico derivado de este trauma", apunta Descals. 

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