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Haloperidol

Fármaco sedante de la actividad cerebral.

Familia: Antipsicóticos

¿Para qué se toma?

El haloperidol es un medicamento que actúa bloqueando los receptores de la dopamina (transmisor químico del impulso nervioso) del cerebro. Si existe un exceso de dopamina en el cerebro, se produce una sobreestimulación de los receptores, lo que origina una modificación del comportamiento. El haloperidol, al bloquear estos receptores y evitar la sobreestimulación, ayuda al control de la enfermedad mental. Tiene efecto neuroléptico, antipsicótico y antiemético.
Las indicaciones terapéuticas del haloperidol son las siguientes:

  • Esquizofrenia crónica sin respuesta a otros antipsicóticos, preferiblemente en pacientes menores de 40 años.
  • Tratamiento de ataques de psicosis agudas.
  • Tratamiento sintomático coadyuvante en la ansiedad grave en caso de ineficacia de las terapias habituales.
  • Agitación psicomotriz de cualquier etiología (estados maníacos, delirium tremens).
  • Estados psicóticos agudos y crónicos (delirio crónico, delirios paranoide y esquizofrénico).
  • Movimientos anómalos (tics motores, tartamudeo y síntomas del síndrome de Gilles de la Tourette y corea).
  • Vómitos de origen central o periférico.
  • Hipo persistente.
  • Premedicación y cócteles anestésicos.

Efectos secundarios

  • Discinesia precoz con tortícolis espasmódica, crisis oculógira, espasmos de los músculos de la masticación.
  • Pseudoparkinsonismo, discinesia tardía, síndrome neuroléptico maligno (SNM), depresión, sedación, agitación, somnolencia, insomnio, cefalea, confusión, vértigo, crisis de gran mal (epilépticos), exacerbación de síntomas psicóticos.
  • Náusea, vómitos, pérdida del apetito.
  • Hiperprolactinemia.

¿Cuándo no debe utilizarse?

  • Si existen antecedentes de hipersensibilidad.
  • En pacientes con depresión profunda del sistema nervioso central, coma.
  • En pacientes con enfermedad de Parkinson.
  • En concomitancia con alcohol.

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