El tratamiento de la parálisis de Bell debe instaurarse inmediatamente tras su aparición, para así conseguir los mejores resultados en su recuperación. Se administran corticoides lo antes posible, para así evitar que el nervio siga deteriorándose. A esto puede añadirse un tratamiento antiviral contra los virus y un tratamiento con vitamina B para reforzar la recuperación nerviosa.
También como tratamiento local es útil la realización de masajes en los músculos de la cara para evitar que se atrofie la musculatura.
Para aquellos casos que tuvieran una causa conocida, existen tratamientos quirúrgicos específicos.